martes, 24 de mayo de 2011

Develando a una figura casi mítica

Es oportuno destacar que esa representación sesgada de la realidad que he estado analizando en esta entrada de mi blog no es exclusiva del cine, sino de los medios de comunicación masiva en general. Cabe entonces la mención al caso de las telenovelas que, valga decir, tienen su antecedente en las radionovelas y en las novelas de folletín o de revistas.

No es un hecho fortuito que los medios de comunicación venezolanos, especialmente la televisión y el cine, hayan representando la realidad de la pobreza, sector mayoritario de la sociedad del país, en las telenovelas y en las producciones fílmicas, con visiones muy subjetivas y se podría decir que estereotipadas. Tal es el caso de la chica pobre, protagonista de telenovela, que trabaja como servicio doméstico en una casa de gente adinerada y que emerge socialmente cuando se casa con un hombre rico. Mientras que el cine nacional ha insistido en dibujar un retrato del joven pobre asociado con la delincuencia.

Sobre este tema García y Rodríguez (2004. En red) entienden el término delincuencia juvenil como un concepto “socio-histórico” y citan a Garrido quien define “la delincuencia juvenil como una figura cultural debido a que su… tratamiento legal responde a distintos factores en diferentes naciones, reflejando una mezcla de concepciones. El delincuente juvenil es aquella persona que no cuenta con la mayoría de edad penal y que comete un hecho castigado por las leyes”. Esta noción coincide con la de “outsider” que, según Becker, “es una persona que incumple las reglas del grupo y es sancionado por tal acción”. Para estudiar este problema, el autor trabaja desde la sociología de la desviación social, entendiéndolo como un “proceso de marginación o desviación social” (ddd.uab.cat,1963. En red).

Mientras que el psicólogo venezolano Axel Capriles utiliza el vocablo arquetipo para  explicar cómo las imágenes arquetípicas calan en la sociedad cuando una situación actual opera como “disparador” o detonante (pp. 172). En este caso, se podría decir que ese disparador es la configuración social venezolana con un predominio de sectores marginados. En ellos se ve al delincuente del barrio cabecilla de las bandas como un salvador, que ofrece a los jóvenes la ilusión de una vida diferente uniéndose a la delincuencia, provee de drogas y/o de armas. También, es el que lleva al barrio los beneficios que disfrutan otras clases sociales, como las antenas de televisión satelital para ver la televisión de pago y otros objetos o servicios de consumo suntuario. Una de las películas venezolanas recientes que ilustra esta situación es La Hora Cero, en cuya trama un joven sicario que secuestra a un grupo de personas en una cínica termina siendo el héroe de la historia para sus víctimas.

Pero más atrás, hurgando en el pasado de la literatura, el psicólogo Axel Capriles recuerda que por herencia de tiempos de la conquista, al país llegaron las figuras del caballero heroico y su opuesto, “el astuto truhán” (2008:93). El héroe de la novela picaresca si bien encarna al salvador, también es un ser individualista y narcisista, rasgos estos que interferían a la hora de ganar las simpatías de los lectores (pp. 34). En cambio, el truhán es el hombre de la plebe, el polizón de los barcos, con quien es más fácil que se identifiquen las clases populares. Al llegar a su descripción, Capriles recurre a las palabras del escritor e historiador venezolano del siglo pasado, Mariano Picón Salas: “El ‘pícaro’ llegará a ser… un pseudohombre popular precisamente por esa actitud de desafío a lo que hoy denominamos el ‘orden burgués’” (pp. 96). Sin embargo, el psicólogo aclara que en nuestro continente, la psicología del pícaro y la del héroe están muy próximas. Y en el malandro hay rasgos de ambos.

“…es una de las principales figuras del modelaje en el proceso de socialización de los sectores populares del país. Considerado muchas veces como especie de héroe y hasta como un Robin Hood tropical, sus códigos de conducta han penetrado el espíritu general de la colectividad…” (pp.166).

Finalmente, recomiendo ver el trailer de La Hora Cero


Bibliografía
Aparici,  Roberto  (2010).  La construcción de la realidad en los medios de comunicación. Capítulo I del libro con igual título. Universidad Nacional de Educación a Distancia, UNED. Madrid
Capriles  M.,  Axel  (2008).  La  picardía  del  venezolano  o  el triunfo de Tío Conejo. Editorial Santillana. Caracas.

ddd.uab.cat (1963). Bibliografía básica comentada de sociología de la medicina. Becker, Howard S., Outsiders: Studies in the Sociology of Deviance. Recuperado el 18 de mayo de 2011 de: http://ddd.uab.cat/pub/papers/02102862n5p241.pdf

García, Thaís y Rodríguez, Adriana (2004). La delincuencia juvenil en Venezuela. Estudio presentado en la asignatura Sociología de la Desviación de la Escuela de Ciencias Sociales de la Universidad Católica Andrés Bello. Recuperado el 4 de abril de 2011 de: http://www.monografias.com/trabajos21/delincuencia-juvenil/delincuencia-juvenil.shtml

La Hora Cero. Sitio oficial. Recuperado el 24 de mayo de 2011 de: http://lahoracero.com/

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