"La imagen es un soporte de la comunicación visual
que materializa un fragmento del entorno óptico…
que constituye uno de los componentes principales
de los medios de comunicación masivos”
Abraham Moles
Carmen Cantillo, en su trabajo final de maestría acerca de los estereotipos sexistas en la filmografía de Disney (En red), cita a Román Gubern y su estudio sobre las “patologías de la imagen”. Allí se plantea que las asociaciones de las imágenes de los personajes están cargadas de las pasiones de distintas ideologías. “Por tanto, el comienzo de toda investigación que pretenda incidir sobre las narrativas audiovisuales ha de partir del estudio de la imagen como un elemento decisivo en el desarrollo de la historia cultural”.
Cantillo, además, alerta sobre la importancia de explorar en estas imágenes tanto lo que presentan de manera explícita como implícita y de cara a los públicos a los que van dirigidas, los cuales recibirán los mensajes que en éstas subyacen, como la idea de que si eres niña y buscas la aceptación de otros es imprescindible que luzcas encantadora como una princesa de cuentos de hada. En especial, la investigadora advierte sobre el peligro que representa la transmisión de ideologías, de patrones y estereotipos, a ese público infantil que consume las películas de Disney, “…imágenes que construirán identidades con las que niños y niñas encontrarán un lugar en el mundo adulto”.
Siguiendo las recomendaciones de Cantillo, resulta oportuno retomar los aportes del comunicólogo de la Universidad de Estrasburgo Abraham Moles, para profundizar en el estudio de la imagen. En su libro La imagen. Comunicación funcional (1991, reimp. 2007:22-23), destaca que el poder de la imagen social radica en la “figuración”. En general, ésta trata de “recrear visualmente una porción del universo” que será percibida a través de los ojos de un público que la procesará en función de su “esfera personal”. Así, se refiere a la “materialidad de las imágenes”, ese mecanismo según el cual son convertidas en objetos con los que se produce un vínculo de apropiación. “En todo caso se trata siempre de un producto… objetivamente relacionado conmigo” (27-33). Haciendo un juego de palabras se podría decir que subjetivamente a la imagen se le otorga un valor objetivo.
Y al realizar un recorrido por la historia de este tema como objeto social de consumo, el investigador considera a la etapa actual como un estadio que supera a la que él llamó de frenesí consumista. “La imagen está hoy al alcance de todos los bolsillos, de todas las capas de la pirámide sociocultural. Ella no es solamente un producto de la comunicación, sino un producto aceptado en la simplicidad de la vida cotidiana”.
Y esta omnipresencia de la imagen abarca, por supuesto, a las que integran las producciones cinematográficas. Hoy en día las películas no sólo pueden verse en las salas de cine sino también en la comodidad del hogar, reproducidas en videos que se alquilan en centros o clubes de cine.
Por cierto, en un país como Venezuela, esta es una práctica de ocio muy extendida. Los venezolanos, según arrojan estudios de consumo cultural, tienden a replegarse en sus hogares o a “ser caseros” en su tiempo de ocio (España, 2009:322). “el venezolano se divierte en el ‘primer anillo’ de socialización, es decir,… entre familiares y amigos. Las salidas se marcan profundamente en el contexto familiar, vecinos y amigos” (p. 377). Esta preferencia es una constante independientemente del estrato socioeconómico al que se pertenezca. A lo que cabe agregar que un televisor es un equipo que está presente en la mayoría de los hogares venezolanos, el 93,5%, mientras que el 73,8% cuenta con un DVD; según cifras de la empresa de investigación Datanálisis (Hernández y Torrente, 16 de junio de 2007. En red). De estos datos puede inferirse que entre las prácticas de ocio que se llevan a cabo en casa, se encuentra la de ver películas.
Valga esta breve exploración por algunos antecedentes teóricos sobre la imagen, la referencia al llamado de atención de Carmen Cantillo y los datos sobre el consumo cultural del venezolano, para introducir el tema en el que me gustaría centrar mi investigación en esta asignatura, que tentativamente trataría sobre la construcción de la realidad en el cine venezolano y el tratamiento que se le ha dado a ciertos personajes protagónicos, como es el caso del chico pobre, reiteradas veces vinculado con el mundo de la delincuencia y el tráfico de drogas, estereotipo popularmente llamado “malandro”.
Es innegable que la pobreza, la delincuencia juvenil y la violencia callejera en los centros urbanos del país son una realidad con la que convive el venezolano; sin embargo, cabría dejar abierta esta pregunta formulada por Moles para la reflexión, “¿es la imagen más fuerte que lo real?”
Bibliografía y webgrafía
Cantillo, Carmen. Análisis de estereotipos sexistas. Perpetuación de roles de género en la filmografía de Disney: De la ingenua Blancanieves a la postmoderna Tiana (1937-2009). Trabajo Final del Máster Comunicación y Educación en la Red, de la UNED, curso 2009-2010. Recuperado el 6 de mayo de 2011 de: http://trabajofinmaster.pbworks.com/w/page/27336498/Antecedentes-te%C3%B3ricos
España, Luis Pedro (2009). Detrás de la Pobreza. Diez años después. Asociación Civil para la Promoción de Estudios Sociales. Universidad Católica Andrés Bello. Caracas.
Hernández, Katiuska y Torrent, Nicolás (16 de junio de 2007). La mayoría de la población prefiere gastar antes que ahorrar. Diario El Nacional. Publicado por venezuelareal.zoomblog.com. Recuperado el 6 de mayo de 2022 de: http://venezuelareal.zoomblog.com/archivo/2007/06/16/la-mayoria-de-la-poblacion-prefiere-ga.html
Moles, Abraham (1991, reimp. 2007) La imagen. Comunicación funcional. Trillas. México.
Soy un delincuente 9/9 -Parte final. (La muerte de Nelson)- Cine venezolano. Vídeo recuperado el 6 de mayo de 2011 de: http://www.youtube.com/watch?v=AdzF659J3pg&feature=related
del director venezolano Clemente de la Cerda
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